El debate coche eléctrico ha sido un camino largo y disputado, con preguntas que aún permanecen sin respuesta acerca de la capacidad que tienen los vehículos eléctricos (EVs) de cambiar la sociedad y sustituir las necesidades de nuestro alto consumo de gas.
A pesar de los beneficios sugeridos, los vehículos eléctricos todavía tienen una muy pequeña participación en el stock mundial de los automóviles. Sin embargo, en los últimos años en el Reino Unido se ha experimentado un aumento significativo en relación a la popularidad de los coches eléctricos. Esto puede ser en parte el resultado de una mayor variedad para que elijan los conductores, por los incentivos fiscales y porque cada vez hay más fabricantes que fabrican modelos eléctricos en sus gamas de productos.
Los vehículos eléctricos se venden destacando sus beneficios ambientales en relación al funcionamiento libre de contaminación ,supuestamente sin emitir gases de efecto invernadero nocivos que contribuyan al cambio climático. Sin embargo, existe la contradicción de que la energía necesaria para la fabricación de este tipo de vehículos, su peso excesivo y las fuentes de las que requieren, impactan en el medio ambiente de una manera nociva.
Poco a poco se van haciendo progresos para que todo lo que conlleva los coches eléctricos se convierta en algo renovable o reutilizable, cómo por ejemplo se ha especulado sobre utilizar el exceso de energía renovable para producir hidrógeno que luego podría ejecutar una pila de combustible o EV y así atender a las demandas internas de electricidad durante la noche.
A pesar de todo, en término generales se apuesta que los vehículos eléctricos pueden llevar a cabo una gran cambio para bien en el futuro, sólo hace falta esforzarse un poco más y conseguir que el transporte no implique contaminación ni empeoramiento de cambio climático.