Una de las formas más apropiadas de aprovechar la energía solar es a través de la generación de agua caliente sanitaria o agua potable que se utiliza para uso doméstico.
Lo más destacable es que se trata de un sistema cómodo, de
fácil instalación y que se amortiza en poco tiempo. El sistema consta básicamente
de colectores solares térmicos colocados estratégicamente en el tejado o bien
en una terraza en la que no dé sombra, siempre orientados hacia el Sur; el resto
de la instalación se compone de un acumulador y una bomba de circulación.
La inversión inicial no es muy elevada, sin embargo los beneficios
son múltiples. El ahorro de energía es ciertamente significativo, llegándose
a un nivel del 60 % en tan sólo un año. Eso sí, las instalaciones sencillas
se realizan para uso individual del hogar; en el caso de centros colectivos,
tales como hoteles, campings, instalaciones deportivas o médicas, será conveniente
la colocación de captadores solares, que, si bien requieren de una mayor financiación,
salen igualmente rentables a corto y medio plazo.
En la época estival la rentabilidad es aún mayor, porque los
captadores funcionan a pleno rendimiento, y se cubre toda la demanda. Teniendo
en cuenta el progresivo agotamiento de los recursos energéticos tradicionales,
tales como el petróleo, o lo peligroso de algunos de ellos, como el gas, el
uso de energías renovables se impone como la alternativa más adecuada, siendo
el sol la principal fuente energética con la que contamos en nuestro país.
Asimismo, los precios han subido bastante en los últimos años,
por lo que conseguir agua caliente gratuita es una opción al alcance de todos,
sobre todo de las economías domésticas, porque es muy fácil y rentable, se puede
producir el 100% del consumo energético de agua caliente en el hogar y produce
beneficios a nivel medioambiental y económico.
Los niveles de temperatura adecuados para lograr el agua caliente
(entre los 40ºC y los 50ºC) deben ser alcanzados todo el año por un colector
suficientemente capaz, por lo que, para lograr la mayor rentabilidad posible
en el uso de la energía solar, podemos compatibilizar la obtención de agua caliente
sanitaria (ACS) con la producción de calefacción en invierno y refrigeración
en verano.
Los costes igualmente son realmente competitivos en comparación
con otras formas de obtención de agua caliente, y las ayudas por parte de las
autoridades suponen un interesante incentivo para su instalación. Por ejemplo,
el IDAE ( Instituto para la Diversificación y el Ahorro Energético) dona subvenciones
para aquellos que decidan instalar un sistema para aplicación de energía solar,
que van desde un 30% hasta un 70% del importe de la instalación (esto depende
de la comunidad autónoma donde nos encontremos).
Otro punto importante a tener en cuenta es que si utilizamos
esta forma de calentar el agua, estaremos evitando la emisión de gases contaminantes
a la atmósfera; además, como ya se ha dicho anteriormente, su amortización es
rápida y duradera, ya que, si procuramos que el sistema esté en perfectas condiciones
a través de un correcto uso y programas de mantenimiento, puede tener una vida
útil de alrededor de veinte años.